Durante los últimos años, el contenido generado por inteligencia artificial explotó. Como una piñata de bits, de repente hay blogs, e-books, newsletters, hilos de X y hasta recetas escritas por modelos que no comen. Y claro, apareció una pregunta que ronda como fantasma en cada mente SEO: ¿Google penaliza el contenido hecho con IA?

Spoiler: no. Pero tampoco es un “hagan lo que quieran y posicionen al infinito”. Como siempre con Google, la cosa tiene matices. Porque al buscador le importa poco si lo escribió un humano, un bot o un hámster con teclado. Lo que realmente le importa es si el contenido es útil.

Sí, así de simple. Bueno, no tan simple. Pero esa es la base.

Google lleva años diciendo que su misión es organizar la información del mundo y hacerla universalmente accesible y útil. Y en ese mundo, la IA no es el enemigo. De hecho, ellos mismos la usan a full en sus propios sistemas. Así que no es una guerra de humanos vs robots. Es más bien una guerra de contenido basura vs contenido que sirve.

El problema es que, claro, mucha gente empezó a usar IA como una fábrica de spam. Hacer 400 artículos en una tarde, llenos de frases genéricas, sin profundidad, repitiendo keywords como si fueran un hechizo antiguo… eso sí, eso es lo que Google mira con cara de meh. Pero si usás IA como una herramienta —como apoyo creativo, para organizar ideas, o acelerar la redacción de contenido que realmente aporta— entonces no hay drama.

De hecho, Google ya lo dijo en sus propias palabras: no penaliza automáticamente el contenido generado por IA. Lo que penaliza es el contenido automático diseñado únicamente para manipular el ranking. En criollo: si lo hacés para engañar, Google lo va a notar. Si lo hacés para ayudar, Google probablemente lo premie.

Ahora bien, eso no significa que podés copiar y pegar lo que salga del generador y ya está. Los textos creados por IA, por muy buenos que sean, siguen necesitando revisión. Porque si hay algo que las IA todavía no entienden al 100% es el contexto humano. Pueden sonar confiadas hasta cuando dicen cualquier fruta. Así que el contenido generado debe ser revisado, editado y adaptado para que tenga valor real, fluidez natural y cero humo.

También es clave considerar la experiencia, autoridad y confiabilidad del sitio. Lo que Google llama E-E-A-T (Experience, Expertise, Authoritativeness, Trustworthiness). Si tu sitio ya tiene historial de contenido útil, una buena estructura, navegación limpia y enlaces coherentes, entonces podés sumar contenido con IA sin problema. Pero si tu página es una granja de artículos reciclados con 0 valor… no importa si el contenido lo escribió Shakespeare o ChatGPT, va a ser ignorado.

Una buena estrategia hoy combina lo mejor de ambos mundos: la velocidad y creatividad de la IA, con la curaduría y criterio humano. Usar herramientas como copilotos, no como reemplazos. Automatizar lo repetitivo, pero mantener la chispa real. Porque se nota. Y Google lo nota.

Y ojo, hay otra capa: el usuario. Hoy más que nunca, si alguien entra a un sitio, lee un párrafo y se va porque no encontró nada nuevo, Google lo interpreta como una señal. El contenido debe enganchar, informar, entretener, responder preguntas o generar acción. Si es plano, aburrido o simplemente parece un refrito de otros 15 posts que ya existen… la posición en los resultados lo va a reflejar.

Así que si estás creando contenido con IA, la clave está en cómo lo usás. ¿Lo curás? ¿Le das un giro único? ¿Lo conectás con la intención de búsqueda real? ¿Ofrecés algo distinto o simplemente sumás otro ladrillo a la muralla de lo genérico?

Porque la verdad es esta: Google no odia la IA. Lo que odia es el contenido que no aporta nada. Lo haya escrito quien lo haya escrito.

Mientras el contenido sea original, coherente, alineado con lo que la gente está buscando y realmente útil, tiene chances de rankear. Con IA o sin ella.

¿El futuro? Cada vez más contenido va a ser creado con ayuda de modelos inteligentes. Pero eso no significa que todo lo generado vale. Vamos hacia un internet donde la abundancia no es garantía de visibilidad. Solo lo que destaca, aporta valor o resuelve problemas reales va a sobrevivir al scroll.

Así que sí, usá IA. Acelerá tu producción. Probá ideas nuevas. Automatizá lo pesado. Pero no te olvides de ponerle alma a lo que hacés. Aunque venga de una máquina, el contenido tiene que sentirse humano. Porque, al final del día, los que leen (y los que deciden si vuelven o no) siguen siendo personas.

Y Google, aunque esté lleno de algoritmos, lo tiene bastante claro.

By Ainus

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *